viernes, 15 de febrero de 2013

La educación prohibida



 
Hola a tod@s: en esta ocasión quiero compartir con todos/as ustedes "La Educación Prohibida", se trata de un documento audiovisual que nos ofrece otra visión acerca de cómo es la escuela y cómo debería ser.

En mi opinión este interesante y valioso material, pone de relieve la precariedad de nuestros sistemas educativos, al tiempo que vislumbra el inmenso camino por recorrer en lo que a educación se refiere. Ya no basta con proporcionar al alumnado oportunidades para aprender, es momento de dar al discente la oportunidad de crear su propio entorno de oportunidades de aprendizaje, se trata avanzar hacia una educación de calidad, que dé respuesta a la múltiple y plural demanda existen y que ésta, esté acorde a los cambios sociales.


Vídeo extraído de:


Autor/a: Edprohibida

Mientras veía este excelente documento audiovisual, me han venido a la mente muchas ideas, planteamientos y teorías que gracias a mi formación pedagógica he tenido la suerte de conocer; pero la más importante y la que en esta ocasión quiero compartir con todos/as ustedes, es la idea de la “escuela fábrica”.
 
 

Imagen de: Francesco Tonucci



Para mí, este documental pone de relieve muchas de las cosas que la escuela debería cambiar, creo que se ve claramente, como la escuela está hecha a imagen y semejanza del modelo empresarial, en ella se dan macro procesos homogéneos. Sin embargo, entiendo hoy más que nunca, debemos tener presente que no todas son iguales puesto que, están constituidas por personas todas ellas poseedoras de sus micro perspectivas, lo cual da lugar a la subjetividad que en muchos casos las caracteriza.

Después de ver este documental y escuchar los diferentes argumentos y múltiples perspectivas que en él aparecen, definitivamente puedo decir que la escuela hoy más que nunca, se asemeja a una empresa, principalmente porque se encuentra vinculada a la producción de beneficios de tipo económico para “la sociedad”.

En mi opinión, esto no es más que forma de entender la oferta formativa como un servicio que ofrece una empresa para poder competir en el mercado con empresas rivales. Para avalar esta idea de la escuela como empresa y justificar lo antes mencionado cabe destacar, aspectos clave como son:

El orden jerárquico de los centros educativo (Educación Primaria, Secundaria, FP, Educación Superior), orden que se puede equiparar perfectamente a los procesos de selección que llevan a cabo las empresas.

Tal y como lo hace el modelo empresarial; la escuela distribuye la fuerza de trabajo etiquetando, clasificando y estigmatizando. En función de los resultados académicos, esta institución decide ¿quiénes serán los ejecutivos y quiénes los empleados? estableciendo así, los roles de los diferentes agentes, posibilitando o impidiendo, el ascenso en la escala de la estructura social.

En esta supuesta empresa que para mí es la escuela, los alumnos/as serían clasificados como empleados, los profesores los controladores, los directores serían los directivos de la empresa, el Ministerio se consideraría la empresa en sí, y las diferentes escuelas serían sucursales, que como tales, tendrían una características comunes para garantizar un mínimo de servicios y funcionamiento, manteniendo a su vez gestiones internas diferentes para satisfacer las necesidades de las personas (el mercado), del contexto que rodea cada sucursal. Las escuelas al igual que las empresas, son entes meritocráticos, donde dependiendo del esfuerzo que se lleve a cabo en cada etapa se podrá o no ascender en la escala social.

Si aterrizamos en la enseñanza no obligatoria y tomamos como muestra la universidad y su oferta formativa, las carreras son un ejemplo, de cómo el juego de oferta y demanda tiene un papel protagonista. Se modifican o eliminan titulaciones dependiendo de la demanda del mercado en cada momento, para garantizar que cada universidad quede a la altura de las demás en los ranking. Así pues, la competitividad entre universidades, la podemos, equipar a la rivalidad entre empresas del mismo gremio.


Asimismo, para mí, “La Educación Prohibida” nos asoma a aspectos que van más allá del currículo visible (asignaturas, metodología, objetivos, contenidos, evaluación) y atribuye bastante importancia al currículo oculto, valora qué se inculca de forma involuntaria, e incide en la gran importancia de este hecho. Nos muestra la importancia de averiguar de qué forma la escuela, influye tanto positiva como negativamente en los resultados que se logran en ésta. Plantea la importancia de conocer los entresijos de los centros, saber cómo funcionan, y desde el interior, desde el “campo de batalla,” describir y contar de qué manera repercuten en los resultados obtenidos por el alumnado en su trayectoria estudiantil.[1]


Los centros escolares, son un fiel reflejo de su cultura, del ideario de sus componentes. En un intento de generalizar y estandarizar la educación con el propósito de garantizar la igualdad de oportunidades los estados han establecido macro objetivos, han implementado leyes y han determinado un currículum común a los distintos niveles de enseñanza para todos los centros. Sin embargo cada centro los ha adaptado a su ideario e insiste más en unas cuestiones que en otras[2].
En mi opinión, esta película, aporta información sustanciosa sobre nuestras escuelas, ya que ofrece una visión más concreta y asertiva sobre lo que ocurre en éstas, intentando describirnos su funcionamiento desde diferentes puntos de vista.

Por otra parte, pone de relieve como las personas que conforman los centros, constituye un elemento clave en la realidad cotidiana de los mismos. Dependiendo de éstas la escuela va a tener unas funciones u otras, unas finalidades u otras.



[1] Ball, Stephen J.: La micropolítica de la escuela: hacia una teoría de la organización escolar, Paidós, 1994.
[2] Íbidem

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